sábado, 14 de diciembre de 2013

Ángel(V).

Tengo un ángel
La vida puede acabarse en una semana. Sin avisar. De repente. Disfrazada de normalidad y rutina la muerte llega poco a poco. Se cuela en los recovecos de un cuerpo que la acepta mientras otros muchos se rebelan contra ella. Tú pusiste resistencia, pero cuando llegó el momento te dejaste ir en la medida en que te dejaron. No sufrías por ti sino por nosotros. Nosotros queríamos que te quedaras mientras tú sabías que ese era el momento adecuado. Ya habías vivido lo justo y necesario. Ya habías dejado tu huella.
Tengo un ángel.
Pálido aunque con la expresión de siempre te has convertido en una imagen que refulge tras mis párpados. Fuiste lo que nosotros hicimos que fueras. Lo hicimos lo mejor que supimos. No se nos puede reprochar nada. Pongámonos una medalla. Te echaré de menos todo lo que un día te eché de más; es cierto, y , sin embargo, no nos arrepentiremos jamás de que nos dejaras vivirte ni de que tú nos vivieras a nosotros. 
Tengo un ángel.
Puede que no crea en el cielo, ni crea que hay una vida después de ésta para nadie, pero tú la tienes para mí. Si no en un mundo más allá, sí en mí. No me cansaré de prometerlo: viviré por los dos como he hecho siempre. Disfrutaré por mí y por mi ángel. Reiré por mí y por mi ángel. La muerte es parte de la vida, y a pesar de que a nadie le hace gracia pensarlo quien muere es al final quien menos sufre. Yo me quedo aquí y solo quiero hacerme una bola; tú te vas y por fin puedes disfrutar al cien por cien. 
Tengo un ángel.
Tengo un ángel, yo y muchas personas más, porque en ti caben todos igual que en casa. Porque tú eres de la familia. Porque tú eres del mundo. Tú eres un ángel, eres nuestro ángel, eres mi ángel.
Tengo un ángel.
Le quiero.

domingo, 8 de diciembre de 2013

When he´s gone.

Los ruidos de la vida pueden llegar a ser extremadamente artificiales en algunas ocasiones. Unas pocas máquinas, llenas de cables para conectar y luces para comunicar, constituyen la diferencia entre seguir el camino o despeñarse en el vacío. La muerte asusta y en esa habitación esta demasiado presente a los ojos. La muerte es blanca, al contrario de lo que dice la creencia popular. Se ha adaptado al nuevo tiempo y es más limpia que nunca. Marca horarios en los que puede acercarte a visitarla, se ha burocratizado. La muerte se hace presente en una sala en la cual un alma yace tumbada pero sin reposar. La vida lucha en forma de carne, de cuerpo, cárcel corrupta para muchos. Ella no lucha sola, tiene compañeros, camaradas, que no quieren ni plantearse la derrota. Yo soy una de ellos. La cercanía a ese cuerpo (que siempre será alma) me impulsa a acariciar aunque sé que las caricias nunca llegarán al alma. 

¿Cómo alguien tan frágil, tan fuera de este mundo, puede desestabilizar cin su falta a alguien tan metido en él? A través nuestro se consiguen las cosas más grandes. Él, pálido y dormido ahora, encendió -y enciende todavía- en mí lo mejor que tengo. Hay personas que forman parte de nosotros por derecho de conquista; a él no le hizo falta ni luchar. No importa lo lejos que esté, da igual que tenga mil cosas que hacer o que me rodee una muchedumbre, si en ella no está él yo no me encuentro completamente ahí.
Forever.
Es difícil valorarse más allá de lo que los demás piensan de ti. El monstruo de la sociedad tiende a cebarse con aquellos que más pequeños se sientes. Él jamás me ha juzgado. Nunca intentó cambiarme y aun así lo consiguió en mayor medida que nadie. He triunfado por el simple hecho de que él formara parte de mi vida. Él, tan imperfecto y roto, tan lejos del ideal de vida humana, es una pieza vital para mucha gente; un ser tan amado que debería levantar mil envidias entre todos esos que se creen felices por ser ricos, tener un coche, un armario lleno o un móvil de alta generación. Todos aquellos que creyeron que superar a los demás les daría el éxito que dirijan sus ojos hacia él para saber qué es conseguir el primer premio.
Sentada a su lado, queriendo ver una respuesta a mi contacto, me surgen mil dudas y mil certezas. Es irreal que él se encuentre allí, atado, más quieto que nunca; pero a la vez todo lo que me ha dado se hace más real y presente que nunca. Me ha dado un valor, y ahora sé que lo tengo, que aunque me hunda hasta el fondo y piense que estoy condenada a una vida de estancamiento, aunque me recluyan y me obliguen a un encierro eterno, no me voy a resignar a ser menos de lo que puedo ser, o a dar menos que eso. La lucha será dura, el camino nunca será fácil, lo sé, pero lo emprendo. La verdad siempre podrá hacerme daño, tanto a mí como a los demás. La verdad, los hechos, pueden llegar a destrozar una parte de mi vida tan importante como lo es él. Sin embargo, si esa parte se va yo voy a crear de las cenizas algo más grande aun. Voy a construir mi vida a partir de la de él. Voy a vivir por mí y por él. 


Voy a vivir para los demás con la suerte de saber que vivo en abundancia.